Reportajes de Comunión
Me encanta el hecho de que cada año, con más frecuencia, los padres busquen cosas diferentes para el reportaje de Comunión de sus hijos. Algo que merezca la pena recordar en unos años, atemporal y desde luego de lo que no se avergüencen pasado un tiempo.
Y es que, en mi opinión, las fotos de Comunión no son muy diferentes a un retrato en cualquier otro momento de su vida, con la excepción del traje. De hecho, la ropa informal cada vez juega un papel mayor en el reportaje, porque permite a los niños relajarse y sentirse ellos mismos. Lo realmente importante es poder captar su personalidad, sus expresiones, lo naturales que son siendo ellos. Un reportaje de Comunión no debe ser una obligación, sino una experiencia que los niños disfruten, en la que se puedan involucrar y se sientan cómodos. Sólo de ésta forma conseguimos verles tal y como son.
Ésta temporada estoy organizando mis Comuniones de manera personalizada. Para cada sesión investigo y barajo localizaciones con la familia, pensamos en el estilismo, complementos y atrezzo, y planifico el día de la sesión según el lugar y la luz de que dispongamos. Una vez en allí, le dedico el tiempo necesario para asegurarme de que todo sale perfecto, por lo que pido a las familias que reserven la tarde completa. El horario que marcamos es orientativo, siempre guiándonos por la hora de la puesta de sol.
Tengo que decir que estoy muy satisfecha con los reportajes que he realizado hasta ahora, me lo estoy pasando en grande y creo que he conseguido ese punto diferente que buscaba.
Os dejo con las fotos de Mar.